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No lo niego, me engañaron. Quien?
Entre Alex (Bro y colega) y Alex (colega de fatigas y colega) me convencieron
en inscribirme en, quizá, uno de los triatlones de media distancia más duros
del calendario. El Bro, por culpa de una lesión, tuvo que aplazar para otro año
el debut en media distancia (en donde espero estar) y Alex venía conmigo de
finde entero y a poner a prueba todos los entrenos realizados. También era su
debut.
Últimamente disfruto mucho con la
corta distancia y el único y último recuerdo que tenía de la media distancia
fue en Calella’09, en donde llegué con poca preparación y saliendo de una
lesión. El resultado fue sufrir más de la cuenta y eso cuesta borrarlo de la
memoria.
En el EXTREM MAN llegaba mejor
preparado, pero una periostitis en las últimas 3 semanas hacían que bajara en
exceso el entreno y las consiguientes dudas de llegar al 100%.
Sábado familiar en Port Aventura.
Precisamente lo que NO se debe hacer antes de una prueba de este calibre, pero
la familia se lo merece y yo tenía unas ganas bárbaras de disfrutar un día así
con ellas (mi peque y mi mujer). El resultado fue una dura jornada de 8h de pie
andando por el parque y con más emociones de las que debiéramos. Llego al box
el ÚLTIMO (totalmente cierto y verificado que lo Alex y yo lo fuimos), con los
consiguientes nervios de no poder dejar todo preparado y tener que madrugar al
día siguiente para verificar todos los artilugios en el box.
Domingo 5 A.M en pie. Me cruzo con
diversas parejas por el pasillo del hotel volviendo de fiesta y mirándome con
cara de “qué cojones hace este tío a estas horas” (lo mismo pensaba yo de
ellos). Desayuno y para la habitación a limpiar cañerías. Cojo todos los
trastos y 10 minutos de caminata hacia los boxes (lo malo de dejar la bici el
día antes es que te joden el medio de transporte)
Llegamos a las 6:15 A.M. Los
primeros. Tiene cojones, cerramos el box el sábado y lo abrimos el domingo.
Preparo la bici con zapas con gomas puestas y casco y gafas a punto. En la
bolsa del BIKE dejo el dorsal (y en donde dejaré el neopreno) y en la bolsa del
RUN dejo las zapas de correr.
7:15 A.M me meto al agua tan solo
para ajustar el neopreno. No quiero calentar dentro ya que el agua está fría y
no quiero quedarme helado en caso de que se retrase la salida. Acierto, ya que,
por problemas de seguridad, la salida se retrasa 15’. El calentamiento lo hago
fuera del agua con diversos ejercicios de brazo (las piernas ya las calentaré
en el agua)
7:45 A.M SALIDA. Me sitúo en
primera línea con los PROS para coger una buena posición desde principio y
disfrutar de la parte del tri que más me gusta, nadar. 3 cañonazos al estilo
IRONMAN y todos como locos corriendo por
el agua. En Salou, la playa es muy
progresiva y hasta los 30 mts no puedes empezar a nadar ya que cubre poco.
Intento coger un ritmo cómodo
apretando pero sin pasarme, ya que la carrera será larga. A mitad de recorrido
veo que no puedo nadar cómodo ya que el agua está muy fría y no puedo cerrar lo
suficiente las manos para agarrar agua. Soy un friolero, esto es difícil
entrenarlo.
Salgo del agua y ahí oigo los
gritos de mis padres y amigos. Me cantan que voy muy bien. Luego mirando las
clasificaciones veo que hice el 67 mejor parcial de nado y probablemente entre
los 40 primeros de mi salida.
Estoy entero y con ánimos de
mostrar sonrisas. Me cambio rápido, cojo la bici y al lío. Rápido me doy cuenta
que realmente he salido bien del agua, ya que me empiezan a pasar las cabras
como motos y entre ellas la de Sergi Escobar, exmedallista olímpico.
El primer tramo de bici son 30
kms en ligera subida acabando en puerto. No da respiro y más teniendo en cuenta
que el viento soplaba en contra. Me pasa algún grupo y me cabreo. No está
permitido el drafting y no quiero entrar en el mismo juego, me separo y sigo a
mi bola contra el viento.
Durante la bici me doy cuenta que
recupero posiciones en las subidas (hay 3 puertos) pero me pasan en las
bajadas. De esta manera intercambio posiciones con los mismos triatletas con
cabra en numerosas ocasiones.
Después de los 3 puertos nos
queda una ligera bajada de unos 30 kms hasta los boxes y es aquí donde me pasan
más triatletas con cabra. Yo voy rápido, pero ellos más.
Durante la bici me zampo 2
barritas (ya que una se me cae) y a la postre me di cuenta que esa que cayó
hubiera ido bien para evitar el pajarón de los 3 últimos kms.
Llego a boxes, entero, con una
media de 30,5 km/h,
contento, sabiendo que había conseguido el objetivo de bajar de las 3h y con
una transición rápida en la que salgo corriendo cómodo.
Primero kms veo que los paso por
debajo de 4’30” y hago mis cálculos mentales sabiendo que si sigo a este ritmo
haré una buena marca. Destacar que la
carrera a pie no era llana (mentirosos los de la organización) teniendo,
además, una subida de las que pican muy fuerte y en donde la gente andaba. Yo
no quise hacerlo, por orgullo, pero me costó lo mío.
Veo a Anna y Zoe y eso aun me
ayuda más a mantener el buen ritmo y me da ese punto de fuerza que necesitaba. Les
digo que ahora vengo, que ya acabo (que chistoso…)
Pasan los kms y sigo manteniendo
el ritmo e incluso me digo a mi mismo en el km7 que estoy disfrutando la media
maratón. Iluso…justo en el km8 empiezo a notar que el ritmo baja y las
sensaciones ya no son las mismas. Me empiezan dolores varios y todo me molesta,
una uña, un pliegue en el calcetín, las rodillas, la espalda…pintan bastos.
Sigo mi lucha contra el asfalto y
tirando todos los vasos de agua de los avituallamientos por encima y negando el
querer geles de glucosa por miedo de pillar una hipoglucemia (aun falta mucho).
En el km 15 y viendo que la cosa pinta mal, acepto un gel, pero no soluciona
nada, demasiado tarde. En el km16 me pilla mi compañero y me dice que le siga.
Mi respuesta es que tire que yo he petado. Me anima pero no tiro, empieza el
sufrimiento. En el km18, la cosa ya es supervivencia y los ritmos ya superan
los 5’/km. Objetivo, llegar a meta cuanto antes que no puedo más.
Última recta y ya veo la entrada
a meta. Pasillo largo vallado a tope de gente en donde se me pone la piel de
gallina y me vienen unas ganas tremendas de llorar. Sensación que no se puede
explicar, me falta el aire de la emoción. Me fundo en un abrazo con mi
compañero que me está esperando en meta (ha llegado 45” antes que yo) y disfruto
del momento después de 5h17’30” de llevar la patata a tope. Objetivo cumplido,
finisher EXTREME MAN y superando las expectativas de tiempos.