jueves, 9 de mayo de 2013

EXTREME MAN 113 SALOU'13

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No lo niego, me engañaron. Quien? Entre Alex (Bro y colega) y Alex (colega de fatigas y colega) me convencieron en inscribirme en, quizá, uno de los triatlones de media distancia más duros del calendario. El Bro, por culpa de una lesión, tuvo que aplazar para otro año el debut en media distancia (en donde espero estar) y Alex venía conmigo de finde entero y a poner a prueba todos los entrenos realizados. También era su debut.

Últimamente disfruto mucho con la corta distancia y el único y último recuerdo que tenía de la media distancia fue en Calella’09, en donde llegué con poca preparación y saliendo de una lesión. El resultado fue sufrir más de la cuenta y eso cuesta borrarlo de la memoria.

En el EXTREM MAN llegaba mejor preparado, pero una periostitis en las últimas 3 semanas hacían que bajara en exceso el entreno y las consiguientes dudas de llegar al 100%.

Sábado familiar en Port Aventura. Precisamente lo que NO se debe hacer antes de una prueba de este calibre, pero la familia se lo merece y yo tenía unas ganas bárbaras de disfrutar un día así con ellas (mi peque y mi mujer). El resultado fue una dura jornada de 8h de pie andando por el parque y con más emociones de las que debiéramos. Llego al box el ÚLTIMO (totalmente cierto y verificado que lo Alex y yo lo fuimos), con los consiguientes nervios de no poder dejar todo preparado y tener que madrugar al día siguiente para verificar todos los artilugios en el box.

Domingo 5 A.M en pie. Me cruzo con diversas parejas por el pasillo del hotel volviendo de fiesta y mirándome con cara de “qué cojones hace este tío a estas horas” (lo mismo pensaba yo de ellos). Desayuno y para la habitación a limpiar cañerías. Cojo todos los trastos y 10 minutos de caminata hacia los boxes (lo malo de dejar la bici el día antes es que te joden el medio de transporte)

Llegamos a las 6:15 A.M. Los primeros. Tiene cojones, cerramos el box el sábado y lo abrimos el domingo. Preparo la bici con zapas con gomas puestas y casco y gafas a punto. En la bolsa del BIKE dejo el dorsal (y en donde dejaré el neopreno) y en la bolsa del RUN dejo las zapas de correr.

7:15 A.M me meto al agua tan solo para ajustar el neopreno. No quiero calentar dentro ya que el agua está fría y no quiero quedarme helado en caso de que se retrase la salida. Acierto, ya que, por problemas de seguridad, la salida se retrasa 15’. El calentamiento lo hago fuera del agua con diversos ejercicios de brazo (las piernas ya las calentaré en el agua)

7:45 A.M SALIDA. Me sitúo en primera línea con los PROS para coger una buena posición desde principio y disfrutar de la parte del tri que más me gusta, nadar. 3 cañonazos al estilo IRONMAN  y todos como locos corriendo por el agua. En Salou, la playa  es muy progresiva y hasta los 30 mts no puedes empezar a nadar ya que cubre poco.

Intento coger un ritmo cómodo apretando pero sin pasarme, ya que la carrera será larga. A mitad de recorrido veo que no puedo nadar cómodo ya que el agua está muy fría y no puedo cerrar lo suficiente las manos para agarrar agua. Soy un friolero, esto es difícil entrenarlo.


Salgo del agua y ahí oigo los gritos de mis padres y amigos. Me cantan que voy muy bien. Luego mirando las clasificaciones veo que hice el 67 mejor parcial de nado y probablemente entre los 40 primeros de mi salida.
 
 

Estoy entero y con ánimos de mostrar sonrisas. Me cambio rápido, cojo la bici y al lío. Rápido me doy cuenta que realmente he salido bien del agua, ya que me empiezan a pasar las cabras como motos y entre ellas la de Sergi Escobar, exmedallista olímpico.

El primer tramo de bici son 30 kms en ligera subida acabando en puerto. No da respiro y más teniendo en cuenta que el viento soplaba en contra. Me pasa algún grupo y me cabreo. No está permitido el drafting y no quiero entrar en el mismo juego, me separo y sigo a mi bola contra el viento.

Durante la bici me doy cuenta que recupero posiciones en las subidas (hay 3 puertos) pero me pasan en las bajadas. De esta manera intercambio posiciones con los mismos triatletas con cabra en numerosas ocasiones.

Después de los 3 puertos nos queda una ligera bajada de unos 30 kms hasta los boxes y es aquí donde me pasan más triatletas con cabra. Yo voy rápido, pero ellos más.
 

 
 

Durante la bici me zampo 2 barritas (ya que una se me cae) y a la postre me di cuenta que esa que cayó hubiera ido bien para evitar el pajarón de los 3 últimos kms.

Llego a boxes, entero, con una media de 30,5 km/h, contento, sabiendo que había conseguido el objetivo de bajar de las 3h y con una transición rápida en la que salgo corriendo cómodo.

Primero kms veo que los paso por debajo de 4’30” y hago mis cálculos mentales sabiendo que si sigo a este ritmo haré una buena marca.  Destacar que la carrera a pie no era llana (mentirosos los de la organización) teniendo, además, una subida de las que pican muy fuerte y en donde la gente andaba. Yo no quise hacerlo, por orgullo, pero me costó lo mío.

Veo a Anna y Zoe y eso aun me ayuda más a mantener el buen ritmo y me da ese punto de fuerza que necesitaba. Les digo que ahora vengo, que ya acabo (que chistoso…)

Pasan los kms y sigo manteniendo el ritmo e incluso me digo a mi mismo en el km7 que estoy disfrutando la media maratón. Iluso…justo en el km8 empiezo a notar que el ritmo baja y las sensaciones ya no son las mismas. Me empiezan dolores varios y todo me molesta, una uña, un pliegue en el calcetín, las rodillas, la espalda…pintan bastos.
 

Sigo mi lucha contra el asfalto y tirando todos los vasos de agua de los avituallamientos por encima y negando el querer geles de glucosa por miedo de pillar una hipoglucemia (aun falta mucho). En el km 15 y viendo que la cosa pinta mal, acepto un gel, pero no soluciona nada, demasiado tarde. En el km16 me pilla mi compañero y me dice que le siga. Mi respuesta es que tire que yo he petado. Me anima pero no tiro, empieza el sufrimiento. En el km18, la cosa ya es supervivencia y los ritmos ya superan los 5’/km. Objetivo, llegar a meta cuanto antes que no puedo más.

Última recta y ya veo la entrada a meta. Pasillo largo vallado a tope de gente en donde se me pone la piel de gallina y me vienen unas ganas tremendas de llorar. Sensación que no se puede explicar, me falta el aire de la emoción. Me fundo en un abrazo con mi compañero que me está esperando en meta (ha llegado 45” antes que yo) y disfruto del momento después de 5h17’30” de llevar la patata a tope. Objetivo cumplido, finisher EXTREME MAN y superando las expectativas de tiempos.

  


 

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